Seguridad y efectividad en las terapias con estrógenos
Los estrógenos y progestágenos son hormonas que afectan muchas partes del organismo, desde los huesos hasta la piel y el cerebro. Se recomiendan al utilizar anticonceptivos, reproducción asistida y en terapias para la menopausia. Sin embargo, cómo se reacciona a estos tratamientos dependerá de la genética, y pueden conllevar tanto beneficios como
riesgos.
¿Qué se analiza?
El test genético de estrógenos estudia el ADN para ver cómo los estrógenos podrían afectar a la salud individual. Esta prueba evaluará el riesgo de trombosis, algo que es especialmente importante si se está pensando en hacer algún tratamiento hormonal.
También está recomendado en tratamientos relacionados con miomas, endometriosis y el síndrome premenstrual, donde los niveles de estrógenos pueden desempeñar un papel fundamental.
Además, el test examina otros aspectos de su salud, genes relacionados con la protección contra el daño oxidativo y evalúa si existe un riesgo mayor de inflamación crónica y problemas tiroideos a nivel de los tejidos.
Tratamiento hormonal en la menopausia
El tratamiento hormonal de reemplazo en la menopausia (THR), es muy beneficioso los primeros cinco años para mitigar los efectos psicológicos y neurovegetativos de la misma. Está recomendado por las sociedades médicas, aunque hay que descartar el riesgo de trombosis de forma individual. Un aspecto que está incluido en test genético de estrógenos.
Un tratamiento a largo plazo, más de cinco años, además de facilitar un envejecimiento saludable, tiene muchas ventajas para la salud. Menos riesgo de cáncer de colon, de glaucoma, de demencia senil-Alzheimer, menos riesgo cardiovascular, mejor calidad de las fibras musculares, menos osteoporosis, menos riesgo de fracturas en otros. Sin embargo, los datos obtenidos de dos grandes estudios, en Estados Unidos y en Reino Unido, que han hecho un seguimiento durante veinte años a más de un millón y medio de mujeres, han evidenciado que el TRH aumenta el riesgo de cáncer de mama.
El test genético de estrógenos evalúa, de forma personalizada, si el THR a largo plazo, aumentará o no el riesgo de cáncer de mama. Es decir, evalúa en cada caso si será beneficioso y el riesgo que puede conllevar. El test genético de estrógenos ayuda científicamente a esta importante decisión.